El Papa: “Si odias no puedes rezar, sólo finges”
“Quien reza no deja nunca el mundo a sus espaldas. Si la oración no recoge las alegrías y los dolores, las esperanzas y las angustias de la humanidad, se convierte en una actividad “decorativa”, intimista. Todos necesitamos interioridad: retirarnos en un espacio y en un tiempo dedicado a nuestra relación con Dios. Pero esto no…